Andy Murray ha compartido que la jubilación ha sido mucho más placentera de lo que esperaba, revelando que no extraña el tenis tanto como pensaba. El jugador de 37 años, quien terminó su carrera de 19 años después de los Juegos Olímpicos de París en agosto, describe la jubilación como una oportunidad para descubrir una nueva libertad y disponer de mucho tiempo para centrarse en intereses personales y en su vida familiar. A pesar de esperar dificultades al dejar el deporte, Murray ha encontrado esta transición sorprendentemente liberadora.
Tras haber pasado por una operación de resurfaciamiento de cadera en 2019 y enfrentar numerosas lesiones en la parte final de su carrera, la jubilación permite a Murray dedicar más tiempo a sus hijos y seguir pasatiempos como el golf a su propio ritmo. Expresó su alivio por no experimentar el anhelo anticipado del juego competitivo, en su lugar disfrutando de la flexibilidad y libertad que ofrece la jubilación.
Reflexionando sobre su carrera, Murray reconoció las dificultades de equilibrar su vida profesional con las responsabilidades familiares. Admitió sentirse culpable por dejar a sus hijos y a su esposa durante largos períodos, y luchó con la presión de mantener niveles de rendimiento mientras gestionaba compromisos familiares. La jubilación ha aliviado estas preocupaciones, permitiéndole disfrutar de tiempo ininterrumpido con su familia.
A pesar de su exitosa carrera, Murray enfrentó desafíos con críticas mediáticas y altas expectativas, que a menudo opacaron sus logros. Ahora, busca mantenerse conectado con el deporte que ama mientras se enfoca en el golf, aspirando a alcanzar un hándicap de cero. Murray sigue siendo optimista y entusiasta con respecto a este nuevo capítulo, con tiempo suficiente para entrenar y superarse en su nueva meta.
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