Verstappen, que partió desde la séptima posición y finalizó sexto, llegó a encontrarse en la parte trasera del pelotón en cierto momento, un contraste drástico con su dominante victoria desde la pole en ese mismo circuito un año atrás. La falta de ritmo lo ha relegado al tercer puesto en la clasificación de pilotos, ocho puntos detrás de Lando Norris de McLaren. En declaraciones a Sky Alemania, Marko reconoció que el equipo necesita mejorar urgentemente el coche para que Verstappen siga siendo competitivo.
Las tensiones internas se intensificaron tras la carrera, cuando el representante de Verstappen, Raymond Vermeulen, fue visto discutiendo acaloradamente con Marko en el garaje de Red Bull. El propio Verstappen expresó su frustración, asegurando que actualmente siente que solo está participando en el campeonato, no compitiendo por él. Aunque su contrato con Red Bull se extiende hasta 2028, una cláusula de salida ha alimentado las especulaciones sobre un posible cambio de equipo.
Verstappen ha sido vinculado con escuderías como Mercedes y Aston Martin, esta última ahora con Adrian Newey, exjefe técnico de Red Bull, y próxima a asociarse con Honda, actual proveedor de motores de Red Bull. El director del equipo, Christian Horner, calificó el Gran Premio de Baréin como una jornada complicada, señalando fallos técnicos como el mal funcionamiento del sistema de luces del box que afectó el desempeño del neerlandés.
Horner enfatizó la necesidad de avanzar rápidamente en el desarrollo del coche para mantenerse competitivos en una temporada que aún es larga. Aunque nada salió como esperaban en Baréin, se mostró moderadamente optimista al destacar que el equipo aún está cerca en la lucha por el título. El próximo Gran Premio en Arabia Saudita será fundamental para que Red Bull se recupere, y las próximas carreras podrían ser clave para definir si Verstappen seguirá o no con el equipo más allá de esta temporada.
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