En una entrevista reflexiva que marca el final de la temporada de Fórmula 1, Lewis Hamilton se abre sobre los desafíos que enfrentó durante un año complicado. A pesar de ser el piloto más exitoso de la historia, Hamilton reconoce los momentos de duda y cuestionamiento que surgen durante temporadas desafiantes.
Habla sobre las frustraciones que experimentó con el coche de Mercedes, expresando su decepción por no haber implementado los cambios solicitados, lo que llevó a un año largo y desafiante sin una sola victoria. Hamilton enfatiza el esfuerzo colaborativo necesario para superar las dificultades del equipo y el impacto de las restricciones impuestas por el tope de costos.
Los desafíos se extendieron más allá de la pista, con cambios significativos en el liderazgo del equipo, incluida la salida del director técnico Mike Elliott y el regreso de James Allison. Hamilton aclara que no estuvo involucrado en la salida de Elliott y expresa confianza en el liderazgo de Allison.
A pesar de un año difícil, Hamilton firmó un nuevo contrato de dos años, impulsado por su deseo de ganar un octavo título mundial, contribuir a iniciativas de diversidad en el automovilismo y seguir otros proyectos impactantes. Reconoce la presión y el escrutinio, pero afirma su amor por la conducción y la alegría continua que encuentra en el deporte.
Mirando hacia el futuro, Hamilton se mantiene optimista, pero reconoce la brecha sustancial que Mercedes debe cerrar para competir con Red Bull. Reflexiona sobre la temporada dominante de Max Verstappen y expresa admiración por los logros de Red Bull. A medida que Mercedes busca recuperarse en 2024, Hamilton reconoce la presión sobre el equipo, especialmente sobre el jefe de equipo Toto Wolff, y destaca la necesidad de aliento constructivo para inspirar la resistencia del equipo y su compromiso con la mejora. A pesar de los desafíos, Hamilton sigue decidido a inspirar y contribuir al éxito del equipo.
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