Como director de la Asociación de Pilotos de Grandes Premios (GPDA), Russell criticó a la FIA por su falta de comunicación y transparencia, especialmente tras la destitución del director de carrera Niels Wittich a solo tres carreras del final de la temporada. Señaló que muchos pilotos sienten que el deporte está tomando un rumbo equivocado bajo la presidencia de Mohammed Ben Sulayem, destacando que, aunque es posible reunirse con el presidente, cumplir con las promesas sigue siendo un gran desafío.
El descontento de los pilotos va más allá de la salida de Wittich, con tensiones que se intensificaron tras un incidente polémico relacionado con el uso de lenguaje inapropiado por parte de los pilotos en conferencias de prensa. La GPDA respondió con una carta abierta pidiendo a la FIA que trate a los pilotos con mayor profesionalismo y que aclare el uso de los fondos recaudados por multas. Poco después de la destitución de Wittich, también fue despedido Paolo Basarri, oficial de cumplimiento de la FIA, lo que incrementó las preocupaciones sobre la gobernanza de la organización. Russell calificó la falta de consulta sobre la salida de Wittich como un reflejo de problemas más amplios de comunicación entre la FIA y los pilotos.
A pesar de algunas críticas hacia las decisiones de Wittich durante su gestión, Russell y otros pilotos consideran que su despido no fue la solución adecuada. Russell abogó por un enfoque colaborativo para resolver los problemas en lugar de realizar cambios abruptos en el personal. Wittich fue reemplazado por Rui Marques para las tres últimas carreras de la temporada, comenzando en Las Vegas. Russell expresó un optimismo moderado sobre este cambio, pero advirtió que cada modificación requiere un período de adaptación, lo que podría ralentizar los avances antes de que se vean mejoras.
Otros pilotos compartieron las opiniones de Russell, como Lando Norris, de McLaren, quien describió las operaciones actuales de la FIA como desorganizadas, y Kevin Magnussen, de Haas, quien comparó la situación desfavorablemente con la era de Charlie Whiting. Magnussen lamentó la pérdida de una relación colaborativa con la FIA, destacando cómo Whiting había fomentado la confianza y el compromiso mutuos. Subrayó la importancia de reconstruir esa conexión, argumentando que una cooperación más estrecha beneficiaría tanto al deporte como a su organismo rector.
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