El centrocampista inglés recibió la tarjeta roja por disentir después del silbato final, con el informe del árbitro citando una "actitud agresiva" y el uso repetido de un lenguaje fuerte.
Bellingham impugnó la decisión del árbitro, expresando su frustración por el momento del silbato final cuando su gol de cabeza, potencialmente el gol ganador, fue anulado.
El entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, defendió a Bellingham, enfatizando que el jugador no insultó al árbitro, simplemente expresó su frustración al decir "es un gol de m***" en inglés.
Ancelotti criticó la decisión del árbitro de finalizar el partido después del gol de Bellingham y argumentó que la reacción del centrocampista era comprensible dadas las circunstancias.
El club tiene como objetivo impugnar la decisión de la tarjeta roja a través de un proceso de apelación.
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