Inter Miami, con las estrellas Lionel Messi y Luis Suárez, enfrentó la ira de los fanáticos en Hong Kong durante un partido de exhibición cuando ambos jugadores fueron relegados al banquillo, desencadenando abucheos, cánticos y solicitudes de reembolso por parte de la decepcionada multitud de 40,000 personas.
El gobierno de Hong Kong expresó su decepción, afirmando que los organizadores del evento debían explicaciones. Tatler XFEST, responsable del juego, expresó profunda decepción, alegando que no tenían información previa sobre la no participación de Messi y Suárez hasta que comenzó el partido.
El entrenador del Inter Miami, Tata Martino, emitió disculpas, reconociendo los sentimientos de los fanáticos, pero enfatizando la decisión de priorizar el bienestar físico de los jugadores debido a lesiones.
Se citó la lesión en el tendón de la cadera de Messi como la razón, y Martino afirmó que no podían arriesgarse a ponerlo en juego, considerando sus compromisos con la MLS. A pesar del contratiempo, el capitán del Hong Kong All Stars, Jaap Hongfei, encontró satisfacción al jugar contra jugadores de alto nivel ante un estadio lleno.
Sin embargo, fanáticos decepcionados, como Christer Luang, presidente del Club de Apoyo a Argentina en Hong Kong, solicitaron compensaciones, culpando a la apretada agenda del Inter Miami por el giro inesperado de los eventos.
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