La competencia de ocho días pasó en dos ocasiones a menos de 20 kilómetros de Goma y Bukavu, ciudades que recientemente fueron tomadas por el grupo rebelde M23 en territorio congoleño.
Este riesgo llevó al equipo belga Soudal Quick-Step a retirarse de la competición antes de su inicio.
Sin embargo, el ciclista sudafricano Ryco Schutte, que corrió con la selección de su país, minimizó cualquier temor y declaró a la BBC Tigrinya que nunca se sintió en peligro durante la carrera.
El belga Kamiel Eeman, del equipo Lotto Development, compartió una opinión similar, afirmando que disfrutó su estancia en Ruanda sin experimentar problemas de seguridad.
A pesar de las preocupaciones iniciales, el evento se desarrolló sin incidentes, y los ciclistas resaltaron sus experiencias positivas, destacando la capacidad de Ruanda para albergar competiciones deportivas internacionales incluso en medio de la inestabilidad regional.
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