En Ibrox, la atmósfera era electrizante, pero un silencio inusual invadió el estadio cuando Cyriel Dessers, con solo cinco minutos restantes, parecía estar a punto de conseguir la victoria para los Rangers. Al superar a Archie Gray, todo el estadio parecía contener la respiración, esperando el momento decisivo.
Sin embargo, a pesar del impresionante movimiento de Dessers, la parada de Fraser Forster, el experimentado portero con años de actuaciones destacadas en el Celtic, le negó una victoria tardía. Este momento resaltó el continuo brillo de Forster, incluso frente a un delantero como Dessers, quien quizás no sea considerado una gran estrella europea.
El partido terminó en empate, un resultado que dejó a ambos equipos con sentimientos encontrados. Para el Tottenham, el punto no fue ideal, pero aún era preferible a una derrota, que parecía inminente en las etapas finales del partido.
El Tottenham, que llegó a Ibrox aparentemente sin conocer los desafíos que enfrentaba, se topó con un Rangers resiliente que contaba con la ventaja de jugar en casa. Aunque el Tottenham logró salvar un punto, quedó claro que no lo habían ganado en el campo debido a su rendimiento decepcionante.
La actuación del Tottenham fue decepcionante, especialmente considerando que su entrenador, Ange Postecoglou, les había advertido sobre el ambiente hostil en Ibrox. Aunque Postecoglou había tenido éxito en el Celtic, solo ganó una vez en sus cuatro visitas a Ibrox y conocía las dificultades de jugar en un ambiente tan intenso.
Sin embargo, sus jugadores estaban mal preparados para la fuerza física y la determinación que los Rangers aportarían, pareciendo que esperaban una victoria fácil y subestimando la pasión del equipo local. Desde el primer silbato, los Rangers dominaron el juego con una presión agresiva y una gran intensidad física. Nicolas Raskin fue fundamental, robando el balón a Rodrigo Bentancur al principio y constantemente interrumpiendo el flujo del Tottenham.
Pedro Porro y Yves Bissouma también fueron superados, luchando por seguir el ritmo del juego de los Rangers. Los visitantes parecían lentos y desorganizados, incapaces de igualar el ritmo ni la tenacidad de los jugadores de los Rangers, quienes estaban totalmente comprometidos en la batalla de principio a fin.
A medida que avanzaba el partido, los errores del Tottenham se acumularon. En la línea de banda, Postecoglou estaba visiblemente frustrado, gesticulando mientras sus jugadores no lograban mantener el ritmo de la presión implacable de los Rangers. Jugadores clave del Tottenham, como Timo Werner y Brennan Johnson, fueron ineficaces, con Werner convirtiéndose especialmente en un lastre, perdiendo constantemente la posesión del balón.
Mientras tanto, los Rangers continuaban presionando, con momentos de brillantez, como la interceptación de Vaclav Cerny de un pase ostentoso de James Maddison, que mantenía a los aficionados locales extasiados. A pesar de los esfuerzos del Tottenham, la intensidad y el corazón de los Rangers les permitió lograr un empate bien merecido.
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