Son Heung-min expresó su decepción después de la actuación decepcionante en la derrota por 3-0 contra el Fulham, enfatizando la necesidad de reflexión y un llamado de atención colectivo. Los dos goles de Rodrigo Muniz junto con el gol de Sasa Lukic aseguraron la victoria del Fulham, mientras que el Tottenham luchó por encontrar su ritmo ofensivo habitual, sin poder marcar por primera vez en la liga bajo el mando del entrenador Ange Postecoglou.
Son admitió que el esfuerzo del equipo estuvo por debajo de lo esperado, reconociendo que todos, incluido él mismo, deben asumir la responsabilidad por la actuación decepcionante. A pesar de llegar al partido después de una convincente victoria sobre el Crystal Palace y una impresionante victoria por 4-0 sobre el Aston Villa, el Tottenham no logró replicar su forma reciente, dejándolos necesitando una seria autoevaluación.
La derrota ante el Fulham golpeó las aspiraciones del Tottenham de asegurar un lugar entre los cuatro primeros en la Premier League, con el Aston Villa en cuarto lugar ahora teniendo la oportunidad de ampliar la ventaja con una victoria sobre el West Ham. Son lamentó la actuación por debajo del promedio, afirmando que no cumplió con los estándares establecidos por el equipo a lo largo de la temporada, y expresó su simpatía por los decepcionados aficionados que merecían algo mejor.
El entrenador Ange Postecoglou hizo eco de los sentimientos de Son, destacando la falta de intensidad y ritmo del Tottenham en su juego general, especialmente en el tercio final. Reconociendo las deficiencias del equipo en ataque, Postecoglou enfatizó la decepción más amplia con el rendimiento general del equipo, señalando la ausencia de intensidad y ritmo que han sido características de su juego a lo largo de la temporada.
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