Ruben Amorim es el último entrenador en asumir la desafiante tarea de devolver al Manchester United a su antiguo nivel de éxito, después de una exitosa etapa en el Sporting de Lisboa. El exinternacional portugués asumió el cargo el 11 de noviembre, convirtiéndose en el sexto entrenador permanente del club desde la retirada de Ferguson en 2013. Su misión es poner fin a las dificultades prolongadas del equipo para competir tanto en la Premier League como en la Liga de Campeones. En los últimos años, el United no ha podido mantenerse al ritmo de los grandes clubes, y el mal comienzo de temporada —con solo 12 puntos de 10 partidos, ocupando el puesto 13— pone de manifiesto la magnitud del desafío que tiene por delante.
Uno de los primeros obstáculos que enfrentará Amorim será implantar su propio enfoque táctico en un equipo que no ha mostrado un estilo de juego consistente bajo los entrenadores anteriores. Erik ten Hag, a pesar de algunos logros importantes contra equipos de primer nivel, luchó por imponer una estrategia coherente, confiando muchas veces en momentos individuales de una plantilla costosa. El éxito de Amorim con el Sporting, donde implementó un estilo de juego ofensivo y enérgico y llevó al club a dos títulos de liga tras casi dos décadas, le ha valido un lugar en la Premier League. Su formación preferida, el 3-4-3, podría adaptarse a la plantilla actual del United, aunque enfrentará un calendario exigente con 12 partidos entre el 24 de noviembre y el 5 de enero, lo que limita el tiempo para entrenar y desarrollar su filosofía.
Otro desafío urgente para Amorim será revitalizar un equipo que ha sido criticado como un "cementerio" para jugadores de alto costo. A pesar de haber gastado más de 600 millones de libras bajo la dirección de Erik ten Hag, pocos fichajes han mostrado un rendimiento constante. Desde la salida de Ferguson, varios entrenadores, incluidos David Moyes, Louis van Gaal y José Mourinho, no han logrado transformar la inversión del club en éxito duradero. Como señaló el excapitán del United Gary Neville, el Manchester United ha tenido problemas para maximizar el potencial de jugadores de alto perfil, lo que ha llevado a los aficionados a cuestionar si el problema está en los propios entrenadores. Amorim deberá aprovechar el potencial de la plantilla y romper este ciclo para demostrar que puede tener éxito donde otros han fracasado.
Amorim también necesitará reavivar la confianza de los aficionados, que han sufrido años de frustración viendo cómo el Manchester City y el Liverpool dominaban el panorama del fútbol inglés. Lo que una vez fue una fortaleza, Old Trafford ha visto derrotas ante rivales y equipos de media tabla, socavando su antiguo esplendor. Las derrotas ante Liverpool y Tottenham esta temporada fueron contundentes, mientras que equipos más pequeños como Brighton y Fulham también han logrado victorias en el hogar del United en los últimos años. Restaurar el sentido de orgullo y pasión dentro del estadio será clave para que Amorim recupere la fe de los aficionados en el potencial del equipo.
Bruno Fernandes, capitán del United y exjugador del Sporting bajo la dirección de Amorim, se muestra optimista con el cambio, trazando paralelismos con el impacto transformador que Amorim tuvo en su antiguo club. Fernandes recuerda cómo Amorim revitalizó al Sporting, uniendo a los aficionados y jugadores, y espera que su nuevo entrenador pueda replicar este éxito en Old Trafford. Al inspirar confianza y aprovechar el talento dentro de la plantilla, Amorim tiene la oportunidad de llevar al United a una nueva era de éxito, si logra superar los desafíos que sus predecesores no han logrado afrontar.
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