Los jugadores están cada vez más al borde de una huelga debido a la creciente insatisfacción con los órganos que rigen el fútbol, especialmente la FIFA y su recientemente reformulada Copa del Mundo de Clubes, que ha sido comparada con una "Superliga". David Terrier, el líder de FIFPRO Europa, expresó estos sentimientos durante una entrevista con Reuters. FIFPRO Europa, junto con la asociación de Ligas Europeas y LaLiga, ha acusado formalmente a la FIFA de "abuso" en una queja conjunta presentada ante los reguladores antimonopolio de la UE en relación con el calendario de partidos internacionales de la FIFA.
Terrier enfatizó la necesidad de un "diálogo social" entre las partes interesadas en el deporte para evitar llegar a una situación de huelga. Reconoció el atractivo de una huelga para los líderes sindicales, afirmando: "Obviamente, como líder sindical, debería estar soñando con una huelga porque te da más poder", pero expresó su firme compromiso con el diálogo. Advertió que el aumento de las tensiones podría llevar a un grave fracaso en las negociaciones, instando a la Unión Europea a recordar a los órganos de gobierno la importancia de la comunicación.
En una conferencia de prensa conjunta, representantes de FIFPRO Europa, Ligas Europeas y LaLiga criticaron el congestionado calendario de partidos de la FIFA, mostrando testimonios en video de jugadores, incluido Kylian Mbappé, quienes expresaron sus preocupaciones sobre la abrumadora cantidad de partidos.
Rodri, del Manchester City, insinuó la posibilidad de una huelga en septiembre, aunque un experto en derecho deportivo consideró que una acción así en la Premier League era improbable. Terrier observó que el apoyo de los jugadores a una huelga está creciendo, especialmente a la luz de la Copa del Mundo de Clubes, programada para llevarse a cabo en EE.UU. del 15 de junio al 13 de julio de 2025, con 32 clubes participando.
Terrier comparó la estructura de la Copa del Mundo de Clubes con la controvertida Superliga Europea propuesta en 2021, que buscaba crear una liga separada con 12 clubes de élite. Esa iniciativa colapsó bajo una inmensa presión de aficionados, políticos y dirigentes del fútbol, incluidos miembros de la familia real británica. Criticó la Copa del Mundo de Clubes como un método engañoso para establecer una Superliga, instando a la FIFA a priorizar las necesidades de las selecciones nacionales sobre los intereses de los clubes.
Hasta ahora, la FIFA no ha revelado cómo planea financiar la Copa del Mundo de Clubes, tras haber anunciado previamente una expansión del torneo a 24 clubes a partir de 2021, un plan que se descarriló debido a la pandemia de COVID-19 y el reprogramación de la Euro 2020.
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