En un reciente giro de los acontecimientos, Lionel Messi se encontró en el centro de la controversia, desencadenando un acalorado debate entre China y Hong Kong. Inicialmente excluido de un partido amistoso en Hong Kong debido a una lesión, la ausencia de Messi en el juego del Inter Miami provocó la indignación de los aficionados que pagaron grandes sumas por las entradas.
A pesar de los intentos de David Beckham por calmar a la multitud descontenta, la situación se intensificó cuando Messi jugó 30 minutos en otro amistoso contra el Vissel Kobe en Japón tan solo tres días después.
Los medios chinos, considerando a Hong Kong como parte integral de China, estallaron en especulaciones, proponiendo una teoría de conspiración de que Messi evitó deliberadamente jugar en Hong Kong por razones políticas. El Global Times sugirió que Hong Kong pretendía impulsar su economía al recibir a Messi, y la estrella del fútbol optó por humillar a la ciudad.
La plataforma de redes sociales china Weibo se inundó de preguntas sobre la rápida recuperación de Messi, y un video de un bloguero rompiendo su colección de camisetas de Messi se volvió viral, acompañado por la irónica etiqueta "milagro médico".
El descontento alcanzó nuevos niveles cuando Regina Yip, una destacada asesora del gobierno de Hong Kong, lanzó un ataque contundente contra Messi, expresando una vehementemente oposición a su regreso. Acusando a Messi y al Inter Miami de causar daño intencional a Hong Kong, Yip los etiquetó como "personas oscuras" y condenó sus presuntas mentiras e hipocresía.
La reacción pública persistió, llevando a la empresa que organizó el partido en Hong Kong a anunciar un reembolso del 50% de las entradas, incurriendo en pérdidas financieras significativas y alterando la visión de crear un evento icónico para destacar la vitalidad y relevancia de Hong Kong en el escenario global.
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