El fútbol a menudo gira en torno a frases familiares que se han convertido en clichés con el tiempo. Expresiones clásicas como "El fútbol se juega durante 90 minutos y al final ganan los alemanes" y "no hay partidos fáciles a este nivel" son básicos en este deporte. La industria a veces tiene dificultades para innovar con nuevas expresiones, recurriendo frecuentemente a frases ya probadas. Sin embargo, un clásico moderno se destaca: "El agua cubre el 70% de la Tierra, N'Golo Kanté cubre el resto."
En su mejor momento, N'Golo Kanté era un centrocampista excepcional, conocido por su increíble resistencia, juego agresivo e inteligencia táctica. Con solo 1,68 metros de altura, su tamaño nunca fue un obstáculo para su desempeño en el campo; era un oponente formidable para cualquiera que intentara superarlo.
A los 33 años, después de sufrir una grave lesión en el tendón de la corva y mudarse a la liga saudí, muchos pensaban que sus mejores días habían quedado atrás. Esto hizo aún más sorprendente que Didier Deschamps lo incluyera en la selección francesa para la Eurocopa, a pesar de que Kanté había caído en relativa oscuridad.
El centro del campo de Francia fue crucial en su victoria en la Copa del Mundo de 2018, con Kanté, Paul Pogba y Blaise Matuidi formando un núcleo impenetrable. Esta fortaleza permitió que jugadores como Antoine Griezmann y Kylian Mbappé brillaran.
Sin embargo, la Eurocopa 2020 y la Copa del Mundo 2022 vieron una disminución en el rendimiento de su centro del campo, lo que contribuyó a las dificultades de Francia. Con preocupaciones sobre las lesiones de jugadores clave como Aurélien Tchouaméni y preguntas en torno a jóvenes talentos como Warren Zaire-Emery, Deschamps recurrió al experimentado Kanté para aportar estabilidad y liderazgo al equipo.
El camino de Kanté comenzó a mediados de la década de 2010 cuando transformó la Premier League inglesa con la improbable victoria del título del Leicester City en 2016. Su impacto fue inmediato y rápidamente se convirtió en un jugador codiciado. El Chelsea aseguró sus servicios, y él los ayudó a ganar otro título de la Premier League, seguido de una victoria en la Liga Europa y en la Liga de Campeones.
A medida que su carrera progresaba y las lesiones aumentaban, Kanté se mudó al Al-Ittihad en Arabia Saudita, atraído por un contrato lucrativo. A pesar del nivel competitivo inferior, recuperó gran parte de su forma, lo que llevó a Deschamps a llamarlo nuevamente a la selección nacional, creyendo que su experiencia y resiliencia fortalecerían las posibilidades de Francia en la Eurocopa.
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