En los últimos años, las actuaciones de los equipos principales en los grandes torneos han seguido un patrón familiar: el entusiasmo alcanza su punto máximo durante la fase de grupos contra equipos más débiles, permitiendo que los talentos brillen y creando expectación para las fases eliminatorias. A medida que avanza la competición, los partidos se vuelven más equilibrados y los equipos priorizan ganar sobre jugar bonito. Ocasionalmente, hay sorpresas o desequilibrios significativos, pero los aficionados generalmente saben qué esperar cuando un equipo como Italia llega a los momentos cruciales.
Sin embargo, la Euro 2024 se ha desviado de esta norma. Con la excepción de España, todos los equipos favoritos han estado por debajo de las expectativas. Equipos como Francia, Italia, Portugal y la anfitriona Alemania no han tenido un buen desempeño, excepto la fácil victoria de Alemania contra una Escocia muy débil en su partido inaugural.
En contraste, los Países Bajos y Bélgica han mostrado actuaciones fuertes. Inglaterra, sin embargo, se encuentra en una categoría propia, marcada por la decepción. La posición de Gareth Southgate como héroe nacional ya era frágil después de perder la final de la Euro anterior, y a pesar de avanzar a los octavos de final, su futuro parece incierto. Las dificultades del equipo se destacan por el uso ineficaz de talentos como Jude Bellingham, que comenzó fuerte pero desde entonces ha perdido protagonismo.
Los problemas que enfrenta Inglaterra eran algo esperados, dado los debates de larga data sobre el estilo de entrenamiento de Southgate y su adecuación al talento del equipo. Francia, por otro lado, ha perdido inexplicablemente su creatividad y vitalidad, y Portugal está luchando para navegar en la era post-Ronaldo mientras él aún juega. Los Países Bajos, faltos de talento ofensivo y con un Virgil van Dijk disminuido, han sido sorprendentemente laxos, mientras que Italia y Bélgica viven al límite de sus capacidades, dependiendo en gran medida de estrellas como Kevin De Bruyne.
Una posible razón para estas decepciones puede no ser el mal entrenamiento o la selección de jugadores, sino el puro agotamiento de los principales jugadores. Muchos han venido de temporadas agotadoras, participando en múltiples competiciones y alcanzando sus límites. Este cansancio afecta a jugadores como Bukayo Saka y Phil Foden de Inglaterra, que no pueden replicar sus actuaciones en los clubes en el escenario internacional. De manera similar, Marcus Thuram de Francia y otros están luchando para mantener sus altos estándares.
La combinación de estos factores, junto con el sistema de clasificación desafiante de la UEFA, ha llevado a enfrentamientos difíciles como Francia contra Bélgica en los octavos de final. Incluso los partidos aparentemente menos equilibrados son impredecibles. ¿Logrará Inglaterra superar a Eslovaquia sin aburrir a todos? ¿Podrá Rumanía vencer a los Países Bajos? ¿Podría Suiza sorprender a Italia? A pesar de algunos momentos hermosos, la Euro 2024 se ha caracterizado por las dificultades de las estrellas mejor pagadas, destacando la dificultad de mantener actuaciones de alto nivel en medio de un exigente calendario de fútbol.
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