Desde su sorprendente fichaje por el Al-Nassr, Ronaldo se ha adaptado perfectamente a la cultura saudita, despertando especulaciones sobre su fe y sus intenciones. Comentarios de un excompañero sobre su respeto por las prácticas islámicas y un malentendido viral donde su hijo utilizó la expresión "Inshallah" intensificaron los rumores de conversión, aunque estas afirmaciones fueron desmentidas. Ronaldo, fiel a su fe, ha demostrado su capacidad para conectar con las tradiciones locales y el público saudita.
La exestrella del Real Madrid se ha convertido en un embajador invaluable para Arabia Saudita, aprovechando su influencia global sin precedentes. Con un salario anual de 300 millones de dólares, Ronaldo respalda las ambiciones del reino, incluida su exitosa candidatura para albergar la Copa del Mundo de 2034. Con frecuencia elogia el rápido desarrollo del país, la energía de su gente y las infraestructuras deportivas, ayudando a elevar el perfil internacional de la Saudi Pro League. Su presencia ha atraído a otras grandes figuras del fútbol al campeonato saudita, mientras que su enorme seguimiento en redes sociales garantiza que sus declaraciones lleguen a millones de personas en todo el mundo.
Fuera del fútbol, Ronaldo parece disfrutar de una vida cómoda y plena en Arabia Saudita. Después de alojarse inicialmente en un hotel de lujo, ahora reside en una mansión valorada en 15 millones de dólares en un prestigioso barrio de Riad. Además, participa con frecuencia en eventos destacados, como el Proyecto del Mar Rojo, lo que refleja su aceptación de la cultura y el estilo de vida sauditas.
A pesar de algunos desafíos ocasionales, Ronaldo ha expresado su satisfacción con su nuevo entorno, destacando la cálida hospitalidad del pueblo saudita. Su integración también se refleja en su familia, con su hijo formando parte de la academia juvenil del Al-Nassr y adoptando el idioma y las costumbres locales.
Mientras su carrera se acerca a su final, Ronaldo sigue trazando metas ambiciosas, como alcanzar los 1.000 goles en su carrera y participar en un récord de seis Copas del Mundo. Aunque sus logros futbolísticos siguen siendo su prioridad, su marca como influyente global y empresario ha crecido significativamente. Con más de mil millones de seguidores en redes sociales, Ronaldo diversifica sus proyectos, que incluyen patrocinios, inversiones e incluso participación en videojuegos. Su habilidad para inspirar y conectar con sus fans, junto con su enfoque en vivir el presente, consolida su estatus como no solo un ícono del fútbol, sino también un fenómeno global multifacético.
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