El camino del Bayer Leverkusen para alcanzar un título de campeonato alemán ha estado marcado por altibajos, a menudo culminando en decepción. El infame tropiezo en 2000 contra Unterhaching y las oportunidades perdidas posteriores ejemplificaron sus luchas, ganándoles el apodo de "Neverkusen".
Sin embargo, esta temporada ha visto un giro notable para Leverkusen, bajo la guía de Xabi Alonso. Su dominio ha sido innegable, con un récord invicto y un camino claro hacia su primer campeonato nacional, señalando un cambio en su suerte.
El impacto de Alonso en el equipo ha sido profundo, transformándolos de bajo rendimiento en una unidad cohesionada. A pesar de su relativa inexperiencia como entrenador, su astucia táctica y liderazgo han impulsado a Leverkusen a nuevas alturas, demostrando su capacidad para adaptarse y evolucionar.
Bajo el liderazgo de Alonso, Leverkusen ha adoptado un estilo orientado a la posesión, convirtiéndose en uno de los mejores equipos de posesión en Europa. Este cambio estratégico, junto con el enfoque meticuloso de Alonso, ha revitalizado al equipo y les ha asegurado un lugar entre los principales contendientes de la Bundesliga.
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