Andrés Iniesta, considerado uno de los mejores jugadores en la historia del fútbol español, anotó el gol decisivo que aseguró la primera victoria de España en la Copa del Mundo en 2010. El mediocampista anunció su retiro el martes a la edad de 40 años, poniendo fin a una carrera impresionante que estuvo principalmente dedicada a orquestar jugadas para el FC Barcelona, el club que se convirtió en sinónimo de su legado.
A lo largo de su ilustre carrera, Iniesta ganó la admiración de los aficionados en toda España, incluso de aquellos leales a clubes rivales. Desempeñó un papel fundamental en la legendaria selección española que conquistó dos Campeonatos de Europa, además de su histórica victoria en la Copa del Mundo, consolidándose como un ícono nacional. La trayectoria de Iniesta comenzó en la renombrada academia La Masia, donde se unió a los 12 años y destacó durante sus 16 temporadas con el primer equipo.
Durante su tiempo en el Barcelona, Iniesta formó una asociación formidable en el mediocampo con Xavi Hernández y Sergio Busquets, al mismo tiempo que se vinculaba perfectamente con Lionel Messi. Acumuló una impresionante colección de títulos, incluidos cuatro títulos de la Liga de Campeones, nueve campeonatos de La Liga y seis Copas del Rey, sumando un total de 32 trofeos importantes con el club. Después de concluir su carrera en el Barcelona con un doblete en la liga y la copa, se trasladó a Japón para jugar en el Vissel Kobe, donde continuó encontrando éxito al ganar la J1 League en 2023 y otros trofeos.
El estilo de juego de Iniesta se caracterizaba por su humildad, creatividad y elegancia en el campo. Aunque no era conocido por su capacidad goleadora, produjo goles memorables, destacándose su tanto en la final de la Copa del Mundo contra los Países Bajos. En el minuto 116 de la final, controló un pase de Cesc Fàbregas y disparó la pelota superando al portero holandés, asegurando el triunfo de España. La celebración de Iniesta, que incluyó un tributo a su amigo fallecido Dani Jarque, solidificó su lugar en la historia del fútbol, junto a otros momentos icónicos como su espectacular gol del empate contra el Chelsea en las semifinales de la Liga de Campeones en 2009.
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