El organizador del evento explicó que la decisión se debió a "desafíos logísticos imprevistos", pero no ofreció detalles específicos sobre las dificultades. Sin embargo, BLAST tranquilizó a los aficionados indicando que tiene la intención de realizar futuros eventos en México, a pesar de este cambio repentino.
Algunos miembros de la comunidad de esports han especulado que la decisión pudo haber sido influenciada por conflictos de calendario, especialmente con el IEM Melbourne, que finaliza el 27 de abril. Este plazo ajustado habría dificultado que los equipos viajaran de Australia a México a tiempo para el torneo.
Aunque BLAST no ha confirmado oficialmente esta razón, el cambio de última hora ha generado frustración entre los aficionados que ya habían hecho arreglos de viaje y alojamiento para el evento en Monterrey.
El traslado también se espera que tenga consecuencias económicas para Monterrey, ya que se proyectaba que el evento generaría alrededor de 12,5 millones de dólares (~10 millones de libras esterlinas) en ingresos para la ciudad.
Además, el traslado ha interrumpido la colaboración de BLAST con la organización de esports latinoamericana Liga Ace, que iba a desempeñar un papel en el evento. El cambio repentino de lugar ha provocado críticas dentro de la comunidad, con muchos expresando su decepción por la falta de una disculpa oficial o compensación para los afectados.
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