El año pasado, los Boston Celtics estuvieron cerca de hacer historia en la NBA al remontar una desventaja de 3-0 en los playoffs, cayendo ante el Miami Heat en las finales de la Conferencia Este. Jaylen Brown tuvo problemas desde el perímetro, y la lesión en el tobillo de Jayson Tatum afectó sus posibilidades en una derrota en el Juego 7. Sin embargo, este año, Boston se encuentra en la posición opuesta, liderando 3-0 contra los Dallas Mavericks, buscando su 18º título de la NBA con una posible barrida el viernes.
Reflexionando sobre la decepción del año pasado, Brown y Tatum reconocieron cómo eso alimentó su determinación para el éxito esta temporada. Brown describió la derrota del año pasado como vergonzosa y como una fuerza impulsora para la mejora durante todo el verano. Los Celtics respondieron a esa decepción con un dominante desempeño en la temporada regular, ostentando el mejor récord y clasificación neta de la liga.
Con una posible victoria el viernes, Boston podría terminar esta postemporada con un impresionante récord de 16-2, ubicándose entre los mejores rendimientos de playoffs de la liga. Brown y Tatum atribuyeron las frustraciones del año pasado a motivar el éxito del equipo esta temporada, enfatizando el hambre y la dedicación del equipo para mejorar.
A pesar de su ventaja sólida en la serie, el entrenador de los Celtics, Joe Mazzulla, enfatizó el enfoque del equipo en proteger al jugador lesionado Kristaps Porzingis y mantener su enfoque en el juego. Al Horford hizo eco del sentimiento, destacando el compromiso del equipo de tomar cada juego en serio sin adelantarse, mientras buscan asegurar otra victoria y mantener su enfoque únicamente en la tarea en mano.
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