La campeona defensora, Keely Hodgkinson, avanzó a la final de los 800 metros femeninos, estableciendo el tiempo más rápido en la historia de los Campeonatos Europeos de Atletismo en Roma, con 1 minuto y 58,07 segundos. Sin embargo, sus compañeras de equipo, Erin Wallace y Alex Bell, no lograron avanzar, a pesar de que Hodgkinson sintió que era demasiado pronto después de su última carrera.
Hodgkinson expresó satisfacción con su actuación, centrándose en mantener un ritmo cómodo, y reconoció que algunos competidores lograron marcas personales. Mientras tanto, el equipo de relevos 4x100 metros femenino británico, compuesto por Asha Philip, Amy Hunt, Dina Asher-Smith y Desiree Henry, avanzó cómodamente a la final. Sin embargo, la decepción llegó cuando el equipo masculino terminó último en su serie, perdiendo así la final, dejando a Richard Kilty frustrado con su actuación.
Kilty expresó decepción por el lento rendimiento del equipo de relevos masculino, a pesar de su potencial, afirmando que algo salió mal durante la carrera. El equipo, que incluía al medallista de bronce individual Romell Glave, tenía como objetivo ganar, pero falló, dejándolos desanimados y decididos a mejorar su rendimiento en futuras competiciones.
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